La gestión del tiempo no funciona, simplemente porque el tiempo es una circunstancia en nuestra vida que no podemos modificar. Como menciona David Jaren, uno de los grandes expertos en el tema, por más que administres 5 minutos, nunca tendrás seis. A pesar de que es un concepto muy popular y atractivo, nos da la falsa esperanza de que podemos hacer lo que queremos, como queremos.
Sin embargo, este concepto es
limitado, engañoso e inútil. A menudo escucho a los directivos decir: "La
planificación no me sirve, siempre hay alguien que interrumpe mi día a día,
surgen nuevas prioridades, tengo que seguir decidiendo mis prioridades
constantemente, siempre hay ladrones de tiempo".
Esto no es sorprendente, ya que,
al intentar gestionar el tiempo, no estamos considerando la realidad de la
situación. Ignoramos los recursos disponibles, creemos que las prioridades son
claras, ignoramos el impacto de imprevistos, interrupciones, cambios de
prioridades, relaciones con otros, y no tomamos en cuenta que somos los
protagonistas de esa gestión, como individuos responsables de elegir qué hacer
y qué no hacer.
La gestión del tiempo puede
parecer atractiva porque da la sensación de que podemos controlar el tiempo y
equilibrar todas las áreas de nuestra vida. Sin embargo, en realidad solo
podemos gestionar nosotros mismos, nuestras ideas, en qué enfocamos nuestra
atención y qué acciones realizamos en el tiempo disponible.
La productividad personal
realmente radica en aplicar técnicas que nos ayuden a lograr resultados
eficientes.
Hace 30 años, a los directivos se
les enseñaba a delegar, dejar de hacer cosas, decir que no y gestionar su
tiempo. En los últimos 20 años, se enfocaba en cómo hacer lo más importante
primero, inspirado en el libro "Los siete hábitos de la gente altamente
eficaz" de Stephen Covey. Hace cinco años, con la influencia de la
adolescencia, se comenzó a centrar en cómo pensábamos y nos hacíamos cargo de
nuestras tareas. Ahora se destaca en las personas que somos frente a nuestras
tareas, en el observador que ve lo que hacemos y queremos hacer, en la
responsabilidad personal de elegir, y esto es lo que se aborda en el coaching.
El coaching es la posibilidad que
nos ayuda a comprender y cambiar los paradigmas que son las creencias con las
que interpretamos el mundo y de donde surgen nuestros hábitos, actitudes y
acciones.

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