miércoles, 3 de abril de 2024

PROYECTO DE EDUCACION EMOCIONAL. Cultivando el vínculo con nuestros hijos.

 

Queridos padres y madres que se aventuran en la noble travesía de la crianza de sus hijos, la siguiente es una propuesta realizada por Augusto Cury, autor de varios libros y defensor de la educación emocional. Cada quien podría acomodarla, según sus situaciones de tiempo y ver si es posible sacar provecho de este gran proyecto.


En el bullicio del día a día, entre las prisas por cumplir con las responsabilidades y las demandas del mundo exterior, a menudo se nos olvida el valor invaluable de invertir tiempo y energía en cultivar la conexión emocional con nuestros hijos. Como defensor acérrimo de la educación emocional y el desarrollo de vínculos familiares sólidos, me complace compartir con ustedes el Proyecto de Educación Emocional (PEE), una propuesta que podría transformar radicalmente la dinámica de su relación con sus hijos.

El primer paso del PEE es desenchufar el televisor durante una semana entera cada dos meses. Este simple gesto no solo les permitirá alejarse de las distracciones externas, sino que también abrirá la puerta a posibilidades infinitas de interacción y diversión en familia. Aprovechen este tiempo para descubrir nuevos hobbies, explorar la naturaleza juntos o simplemente conversar y reír en la calidez del hogar.

El corazón del PEE radica en dedicar seis semanas al año exclusivamente a compartir momentos significativos con sus hijos. No es necesario emprender viajes exóticos ni desafiar al mundo material; lo verdaderamente valioso es viajar al interior unos de otros, explorar juntos la riqueza de sus emociones, pensamientos y sueños. Planifiquen actividades creativas, desde cocinar en equipo hasta montar una obra de teatro familiar, cultivando así la creatividad y el compañerismo en su hogar.

Hagan del Proyecto de Educación Emocional un compromiso de por vida, un legado de amor y crecimiento compartido. El deseo más profundo de todo padre debería ser construir una amistad sólida con sus hijos, pues de esta conexión genuina emanan los frutos más preciados: una educación brillante, el florecimiento de la armonía familiar y la semilla de la felicidad auténtica. Dejen que el PEE sea su brújula en el viaje de la crianza, guiándolos hacia la esencia misma de la vida: el amor y la conexión humana.

Incluso los especialistas en conflictos psíquicos, como yo, enfrentan desafíos y cometen errores en la crianza. Lo esencial no radica en evitar los tropiezos, sino en saber cómo gestionarlos de manera constructiva. Reconocer nuestras fallas, disculparnos sinceramente y aprender de ellas son lecciones vitales que transmitimos a nuestros hijos. Al modelar la humildad y la responsabilidad, les enseñamos el valor del perdón y la autoaceptación.

En mi propia travesía como padre de tres hijas, he comprendido que la verdadera riqueza no reside en los logros externos, sino en la solidez de los lazos familiares y la autenticidad de las relaciones. Si nuestros hijos no son solo nuestros descendientes, sino también nuestros amigos más queridos, habremos cumplido el propósito más noble de la paternidad. Yo soy un autor renombrado internacionalmente, pero mi mayor tesoro son las risas compartidas, los abrazos sinceros y las conversaciones cómplices con mis hijas.

En la senda del Proyecto de Educación Emocional, les invito a abrazar la oportunidad única de fortalecer el vínculo con sus hijos, de sembrar la semilla del amor incondicional y el respeto mutuo. Que cada noche dedicada a este proyecto sea un cálido refugio de complicidad y ternura, un recuerdo imborrable en el corazón de sus hijos. ¡Adelante, padres y madres brillantes, y que el PEE sea el faro que ilumine el camino hacia una crianza plena y enriquecedora!

 

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